Haber complementado ambas, hubiese sido beneficioso para la humanidad en si.
En cusco, arquitectura Inca. En la base de algunas casas, y los segundos pisos españoles.
Templos, tirados abajo; esculturas, destrozadas; y tanto conocimiento a la basura.
No hablamos de culturas mejores o peores, solo del desperdicio de aspectos valiosisimos.
Mientras tanto, el Congreso peruano, apoyado por el presidente Alàn Garcia, hizo ley la privatizaciòn del Patrimonio Cultural en Cuzco.
Si, privatizar (màs) Machu Pichu y otras ruinas, otorgando su control a manos chilenas.
Hoy, Cusco se moviliza para tirar abajo dichas resoluciones, aunque ya parezca imposible.
Por otro lado, el paro en la ciudad buscarà evitar el aumento del costo de vida, algo que hace tiempo se viene dando progresivamente. ¿Suena familiar?
El mismo Gobierno que en la frontera invita un Pisco Sour a chilenos, para demostrar que no pertenece a estos, sino a Perù. Es el que entrega al paìs vecino el control del patrimonio cultural.
Quizás parezcan datos banales, pero tambièn significan ejemplos de polìticas que lidian lo demagògico y a su vez abren el paraguas donde sopla el neoliberalismo.